miércoles, mayo 11, 2005

AT LAST

Por fin por fin por fin ha habido un incendio de verdad. No ha habido heridos, así que puedo alegrarme, aunque sea un poco. Por fin una alarma verdadera. Y ni siquiera ha sido en Waveney, mi residencia, donde suele ocurrir TODO. No, esta vez los bomberos han tenido que ir a Nelson Court, una de las "residencias de los ricos". Por otra parte, es lógico. Nuestra residencia es virtualmente invulnerable. Nuestras puertas son de madera, pero se supone que el fuego tardaría al menos 30 minutos en quemar una de ellas, y sospecho que más. Tenemos moqueta y cortinas, pero la tela es tan gruesa que es más probable que consiguiesen extinguir las llamas antes de perecer en ellas. Hay cemento en todas partes y paredes gruesas. Al construir la residencia, usaron el modelo de las cárceles suecas y, como buenos carceleros, nos prohiben tener demasiados pósters y fotografías en las paredes, adornos en las ventanas, demasiadas comodidades, electrodomésticos... porque absolutamente todo supone un peligro de incendio. Las numerosas alarmas que hemos tenido desde el comienzo del curso han sido siempre porque Waveney, aparte de ser la "residencia de los pobres y pesadilla de las fuerzas del orden", es la sede por excelencia de las fiestas universitarias.
Nelson, sin embargo, es una residencia bonita, con colchones de verdad (!!!) y cocinas graaaandes. Por supuesto, nadie se espera que haya problemas en Nelson, aunque los que viven allí llenan sus cuartos con planchas, aspiradoras, frigoríficos, guitarras eléctricas, amplificadores, más guitarras eléctricas, ordenador, teléfono, impresora, escáner, otro ordenador y cualquier cosa que os podáis imaginar.
Así que la verdad es que me alegro, un poco, de que haya habido un incendio allí. De esta manera los bomberos se dan cuenta de que no siempre nos dedicamos a utilizar los extintores como armas láser y la universidad reconoce que no sólo Waveney constituye riesgo de incendio.

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