Y ahora, ¿qué sucede? ¿Más discusiones sobre política o religión o filosofía? ¿Más discursos encendidos sobre la sociedad? ¿Más consejos y reflexiones inútiles? No.
Hoy, con el permiso de mis lectores fantasma, quiero reflejar alguna de mis inseguridades personales. Son casi las ocho de la tarde y a estas horas tendría que estar en el trabajo, preparando todo para el concierto. Pero estoy en mi casa, en mi cama, escuchando música de los años 60 y escribiendo en mi portátil. ¿Por qué? Porque el encargado no me ha llamado para decirme que vaya a trabajar. Ayer llamó para decir que no fuese. Hoy ni siquiera eso. Tras todo un día de estar pendiente del teléfono me siento aun más estúpida que cuando pasaban mis horas esperando llamadas de los chicos con los que salía. Esperar impaciente la llamada de alguien que te importa es muy diferente de esperar la llamada de tu jefe.
Razón por la que no estoy trabajando: 1) Porque hay pocas entradas vendidas, por lo que habrá pocos clientes; 2) Porque no soy la novia del jefe ni su hermana ni su prima. Soy mejor que cualquiera de las demás y siempre aportó más dinero, pero tengo que quedarme en casa.
A lo largo de mi vida he disfrutado de muchas ventajas por ser hija de mi padre, porque él conocía a mucha gente importante. Tal vez no merecía esas ventajas, pero ahora estoy intentando hacer todo por mi cuenta. Pese a todo lo que pueda conseguir sé que nadie me toma en serio. No lo entiendo. Hay gente de mi edad que ya es gente de verdad, pero yo... Mi padre dice que cuando regrese de Canadá debería buscar un trabajo de verdad, hacer prácticas en una editorial o impartir clases de idiomas. Las dos opciones me precipitarían en la vida adulta. Es posible que esa perspectiva no me agrade demasiado, pero también es cierto que creo que no se me dará esa oportunidad. ¿Quién me daría un trabajo de verdad? ¿Acaso tengo algo material que aportar? Como personaje de un libro o de una película funciono muy bien, como amiga a veces, incluso como guía o musa... pero como ser real no.
¿Qué hace falta para triunfar en este mundo? ¿Alguna vez podré hacerlo? ¿Debo renunciar a ser yo para ser admitida en el mundo real? ¿Quiero ser admitida en el mundo real si supone sacrificar mi mundo personal?
Odio los domingos.
domingo, julio 10, 2005
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