Es martes. Ohhh. Durante años esas palabras me han perseguido. Hace siglos, antes de empezar el instituto, cuando todavía no me desmayaba todas las semanas, era martes y yo estaba tomando un baño caliente. Y mientras me hundía en las burbujas comencé a redactar una poesía mental. Era sobre un martes, gris, de lluvia, un martes maldito, un martes en que yo había sido maldita. Las palabras se han quedado en mi cabeza durante todo este tiempo. Afuera está lloviendo.
He decidido no trabajar en Francia este verano, pese a la ilusión que me hacía. Mejor no complicarme demasiado la vida, no más. Así que de nuevo estaré en Madrid, trabajando tantas horas como me sea posible, intentando ahorrar. Podré ver a mis amigos, podré dormir en mi cama, tener un cuarto de baño para mí sola. Ver películas en el salón de mi casa. Aprender a cocinar platos rusos con mi abuela. Maldecir las temperaturas infernales. Pasear y pensar.
Sigo teniendo muchas dudas, pero de alguna manera ya no parecen tan urgentes. Estoy intentando afrontar los problemas poco a poco, no angustiarme por el futuro lejano. Sólo tengo 20 años, no puedo decidir el resto de mi vida ahora. A veces me siento vieja. Recuerdo que un amigo del instituto decía que él quería vivir intensamente y morir a los 20... Yo sabía que a los 20 años todavía no habría logrado grandes hazañas. Pero a veces siento que no he logrado nada. Yo decía que quería morir a los 30. Luego subí a 40. Más tarde, leí en mis manos que moriría a los 54. A veces me pregunto si para entonces habré conseguido algo.
De todas formas, estoy mejor. He tenido unos días bastante buenos. Ha nevado mucho por aquí. Iván vino a visitarme. Hicimos una niña de nieve. Después vino Dario y ahora mis amigas me riñen porque no llegaron a conocerle. Dentro de unas semanas iré a Italia. Me hace ilusión. Ya será primavera. Habrá sol, hojas en los árboles, cielos azules. Los edificios italianos estarán brillantes. Veré tantas cosas...
Todos se preocupan por mí y me ayudan. Sé que este año Erasmus tenía que enseñarme a vivir de forma independiente. Creo que de alguna forma lo ha conseguido. Pero también me está enseñando a escuchar más a los demás, a pedir consejos y aceptarlos....
De vez en cuanto mi blog parece un historia moralizante... Lo siento. No hay moraleja ni enseñanza alguna aquí, son sólo pensamientos. Sólo yo.
martes, marzo 08, 2005
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario