miércoles, diciembre 14, 2005

PIECE OF ID

Martes y 13. Las nueve de la noche. Escuchando "Like a Rolling Stone". "No Direction Home", el documental de Scorsese sobre Dylan, dormido en mi mesa. Una semana sin escribir. Tantas novedades y anécdotas.... y todas sin importancia.
El miércoles pasado, después de escribir aquí, salí de fiesta con Sara. A Helsinki, claro. Las drag queens cantaron y bailaron aquello de "Pajaritos por aquí, pajaritos por allá...". Terminamos en Subway. Discutiendo de nada, con un chico de British Columbia, Mika, que quería conseguir un beso del camarero.
El jueves a Hull, a ver a Theodore Fontaine, el grupo de Sebastien, en concierto. Cogí un taxi porque no sabía cómo llegar. El taxista me preguntó por mis estudios y mi opinión sobre Canadá. Comenzamos a hablar de política. Dijo que estaba creando un partido para todos los seres humanos, que intentaría mejorar la vida de todas las personas de este mundo, sin considerar fronteras de ningún tipo. Dijo que tenía que luchar para mantenerme única, que sería difícil, pero que de lo contrario no podría estar del todo viva. Y cuando fuese realmente única, las personas a mi alrededor también lo serían.
Me dio pena despedirme de él. Me dejó en el pabellón equivocado. Lo averigüé casi media hora más tarde, tras bailar y hablar con gente desconocida. Caminé por las calles heladas, con mi hermoso iPod y toda mi música. Creí estar perdida, pero encontré el otro pabellón y comencé a oír la música desde fuera. Dos guitarras, una batería, un bajo, un violín y un vocalista. Tocando un poco de todo. Y todos maravillosos. Encontré a Florence, una chica francesa que conocí en el fin de semana de kayaks. Me presentó a todos sus amigos. Estuvimos bailando salsa. Ayudé a Sebastien con sus guitarras... y me encantó su peso y su balanceo en mis manos. Después de conducir un poco en el coche helado, nos escondimos en Tim Hortons (uno de los miles que pueblan Canadá) y tomamos café y hablamos hasta que casi parecía que llegaba el amanecer.
El viernes y el sábado estudié, dormí, compré y leí cómics (¿sabíais que Jean Grey, Fénix en X-Men era llamada al principio Marvel Girl?), vi películas con Sara y comí demasiado.
El domingo examen de American Fiction. Y después fiesta, claro, en Barrymores. Con Sara, Nicole y Elizabeth. Caminamos allí. Yo, por supuesto, en mi faceta poco práctica y totalmente ilógica, llevaba botas con tacón. Fui patinando todo el camino. Había una larga fila de espera para entrar al local. Presenciamos un par de discusiones y peleas... sobre política, un domingo por la noche, esperando para entrar en un local de rock. Una vez allí las cosas fueron mucho mejor. Me recordó a mis noches con Noelia y Eva y Claudia... bailando al ritmo de Nirvana o The Doors. Y había más gente que bailaba con todas sus fuerzas y agitaba el pelo (que por fin es largo de nuevo y ya puede volar). Conocimos a mucha gente y escapamos de todos.
Y llegamos al lunes, ayer. Durante el día descansé, intentando pensar seriamente en el futuro... sin conseguirlo. Por la noche fui a ver "Walk the Line" con Sebastien. Mientras Johnny Cash sufría nosotros tirábamos palomitas. Fuimos luego al río, a ver los rápidos y los árboles y la nieve y las estrellas. Apareció una estrella fugaz sólo para mí. Mágica.
Y hoy... hoy nada. Sueño, intento de estudiar, buena comida, de nuevo sentimiento ahogado. He ido al Blockbuster y he alquilado compañía para el DVD sobre Dylan: "The Company", "Samaritan Girl", "All the Real Girls" y "Bride of the Wind". He comprado una gran chocolatina para animarme y vino blanco para los días que quedan. Me han pedido un carnet de identificación para comprobar mi edad. El hombre tardó más de lo normal en devolvérmelo. Me miró varias veces, comparando la cara que tenía enfrente con aquella de plástico en sus manos. Y me pregunto si he cambiado. Si de verdad sería posible confundirme por menor. Si las cosas irán mejor en otro lugar. Si alguna vez todas las historias inacabadas que he diseminado por el mundo se terminarán o volverán a mí.

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