viernes, diciembre 23, 2005

LAST GIRL IN OTTAWA


Viernes día 23 de diciembre. Mañana es Nochebueba y pasado Navidad. Los exámenes terminaron ayer. Es la una y media y la residencia está vacía. Afuera hay nieve pero no nieva. Algunos árboles tienen luces navideñas, pero no están encendidas. Hay coches, pero no se ven personas, no se escuchan voces.
A las diez cojo un autobús hacia New York. De nuevo tendré que pelearme con la gente de aduanas... Sólo espero que consigan cerrar mis maletas... sí, maletas, plural. La ropa se reproduce por esporas y yo no sé qué hacer. Compré otra maleta... y aun así tengo que llevar mi mochila a cuestas llena de cosas. Me gustaría tirarlo todo por la ventana.
Me he despedido de las pocas personas que me importaban algo aquí. Y sólo me queda esperar. Pronto estaré en un avión, en un vuelo interminable... pero todo irá mejor. Pronto estaré en Madrid.

miércoles, diciembre 21, 2005

LOST AND MAYBE DELIRIOUS




Últimos días en Canadá. Mañana último examen. El viernes autobús a New York. Fiebre alta. Dolor de espalda. ¿De nuevo estoy enferma? Sé que mi médico diría que todo es psicosomático. Pero mi cara está pálida, mis ojos calientes, mi cabeza mullida. Escucho canciones de amor, todas tristes, y no puedo llorar porque duele demasiado cerrar los ojos. Tengo 17 versiones diferentes de "Careless Love".
Pienso que todo irá mejor en Madrid. Por lo menos tendré a mi familia y a mis amigos y los lugares que me llenan de seguridad. Después, en agosto o septiembre, de nuevo partir, quién sabe adónde.
Últimos días en Canadá. Las tres últimas horas son lo más cercano a sueño que he tenido en un par de semanas. De repente, todos los días hay una sorpresa. Alguien nuevo e interesante que me propone aventuras que nunca podré experimentar. Música y naturaleza. ¿Qué más puedo pedir? Gente maravillosa que me hace daño y a quien yo hago daño, porque son los últimos días y parece que nada importa y ni siquiera sé por qué estoy haciendo mis exámenes o por qué voy a hacer los de Madrid. Me gustaría esconderme debajo de una manta, hibernar, tomar vasos gigantes de leche y ser acariciada en la espalda como el gato que soy. Y después despertar en primavera, cuando el frío se haya marchado del paisaje y de mis huesos. Ver flores y árboles verdes. Caminar en los parques. Escalar montañas. Navegar ríos. Abrazar todos los árboles, porque en Madrid no están. Porque en Madrid sólo hay edificios grises e incluso el fantasma de las ardillas ha desaparecido.
Me gustaría cantar con Kyle y Sebastien. Descifrar jeroglíficos. Descubrir un rincón nuevo cada día. Que el dolor desapareciese y que la fiebre convirtiese la realidad en un cuento de hadas. ¿Cómo regresar a Madrid después de esta naturaleza, este paisaje, este cielo? Toda la belleza de Rusia, pero incluso más salvaje, más inocente. Por fin he encontrado un lugar donde quiero estar de verdad. No Ottawa, por supuesto. Ninguna ciudad. Una pequeña población canadiense donde todos los niños, y yo también, aprendiesen a vivir en la naturaleza: esquí, snowboard, hiking, kayaking... O los bosques y montañas del norte del estado de New York. ¿He estado esperando encontrar un lugar que me recordase a Rusia? La nieve mancha toda mi ropa de blanco y llena mis pulmones de frío. Y todos los días me pregunto cómo puede existir tanta belleza y por qué necesitamos Ottawa o Madrid cuando es en la naturaleza donde nos encontramos, donde somos reales y mágicos al mismo tiempo. ¿Volveré alguna vez? ¿Escaparé de la ciudad? Sólo aquí tienen sentido mis fantasmas y fantasías.

sábado, diciembre 17, 2005

PLEASE, PLEASE, PLEASE



Despierta y hunde sus pezuñas
en bolsillos de barro
En invierno las heridas
son blancas
Un lazo en el estómago
y camina una mirada
Lleva pétalos escondidos en la ropa
y una corona marchita
La nieve se rompe
de nuevo el monstruo del vacío
viento en las rodillas
Bajo las mantas
existen hadas y cactus

miércoles, diciembre 14, 2005

PIECE OF ID

Martes y 13. Las nueve de la noche. Escuchando "Like a Rolling Stone". "No Direction Home", el documental de Scorsese sobre Dylan, dormido en mi mesa. Una semana sin escribir. Tantas novedades y anécdotas.... y todas sin importancia.
El miércoles pasado, después de escribir aquí, salí de fiesta con Sara. A Helsinki, claro. Las drag queens cantaron y bailaron aquello de "Pajaritos por aquí, pajaritos por allá...". Terminamos en Subway. Discutiendo de nada, con un chico de British Columbia, Mika, que quería conseguir un beso del camarero.
El jueves a Hull, a ver a Theodore Fontaine, el grupo de Sebastien, en concierto. Cogí un taxi porque no sabía cómo llegar. El taxista me preguntó por mis estudios y mi opinión sobre Canadá. Comenzamos a hablar de política. Dijo que estaba creando un partido para todos los seres humanos, que intentaría mejorar la vida de todas las personas de este mundo, sin considerar fronteras de ningún tipo. Dijo que tenía que luchar para mantenerme única, que sería difícil, pero que de lo contrario no podría estar del todo viva. Y cuando fuese realmente única, las personas a mi alrededor también lo serían.
Me dio pena despedirme de él. Me dejó en el pabellón equivocado. Lo averigüé casi media hora más tarde, tras bailar y hablar con gente desconocida. Caminé por las calles heladas, con mi hermoso iPod y toda mi música. Creí estar perdida, pero encontré el otro pabellón y comencé a oír la música desde fuera. Dos guitarras, una batería, un bajo, un violín y un vocalista. Tocando un poco de todo. Y todos maravillosos. Encontré a Florence, una chica francesa que conocí en el fin de semana de kayaks. Me presentó a todos sus amigos. Estuvimos bailando salsa. Ayudé a Sebastien con sus guitarras... y me encantó su peso y su balanceo en mis manos. Después de conducir un poco en el coche helado, nos escondimos en Tim Hortons (uno de los miles que pueblan Canadá) y tomamos café y hablamos hasta que casi parecía que llegaba el amanecer.
El viernes y el sábado estudié, dormí, compré y leí cómics (¿sabíais que Jean Grey, Fénix en X-Men era llamada al principio Marvel Girl?), vi películas con Sara y comí demasiado.
El domingo examen de American Fiction. Y después fiesta, claro, en Barrymores. Con Sara, Nicole y Elizabeth. Caminamos allí. Yo, por supuesto, en mi faceta poco práctica y totalmente ilógica, llevaba botas con tacón. Fui patinando todo el camino. Había una larga fila de espera para entrar al local. Presenciamos un par de discusiones y peleas... sobre política, un domingo por la noche, esperando para entrar en un local de rock. Una vez allí las cosas fueron mucho mejor. Me recordó a mis noches con Noelia y Eva y Claudia... bailando al ritmo de Nirvana o The Doors. Y había más gente que bailaba con todas sus fuerzas y agitaba el pelo (que por fin es largo de nuevo y ya puede volar). Conocimos a mucha gente y escapamos de todos.
Y llegamos al lunes, ayer. Durante el día descansé, intentando pensar seriamente en el futuro... sin conseguirlo. Por la noche fui a ver "Walk the Line" con Sebastien. Mientras Johnny Cash sufría nosotros tirábamos palomitas. Fuimos luego al río, a ver los rápidos y los árboles y la nieve y las estrellas. Apareció una estrella fugaz sólo para mí. Mágica.
Y hoy... hoy nada. Sueño, intento de estudiar, buena comida, de nuevo sentimiento ahogado. He ido al Blockbuster y he alquilado compañía para el DVD sobre Dylan: "The Company", "Samaritan Girl", "All the Real Girls" y "Bride of the Wind". He comprado una gran chocolatina para animarme y vino blanco para los días que quedan. Me han pedido un carnet de identificación para comprobar mi edad. El hombre tardó más de lo normal en devolvérmelo. Me miró varias veces, comparando la cara que tenía enfrente con aquella de plástico en sus manos. Y me pregunto si he cambiado. Si de verdad sería posible confundirme por menor. Si las cosas irán mejor en otro lugar. Si alguna vez todas las historias inacabadas que he diseminado por el mundo se terminarán o volverán a mí.

miércoles, diciembre 07, 2005

MALLRATS

Hace ya bastantes años Kevin Smith dirigió una comedia llamada Mallrats, dedicada a los perdedores, los lectores de cómics, los no-farolas, los observadores, los raros y cualquiera que se haya levantado con el pie equivocado, en la cama equivocada, en el cuarto equivocado, en el cuerpo equivocado, en el mundo equivocado, día tras día tras día.
Es una película que me encanta, y que no envejece, ya que todos seguimos presos en nuestra inseguridad y absurdo. Pero hasta ahora no la había experimentado de verdad. Hoy estaba en el mall (gran centro comercial típicamente norteamericano) con Sara, comprando regalos, entrando en todas las tiendas, paseando por los mismos pasillos por los que paseamos ayer y anteayer y día tras día desde que llegamos aquí. Pasamos alrededor de cinco horas, con bolsas que se multiplicaban y crecían misteriosamente. Vimos a compañeros de clase, camareros de bares a los que vamos, gente que hemos conocido en algún sitio... tal vez en el mall. El chico que bailó con nosotras en Helsinki la semana pasada estaba allí. Después de sonreírnos desde una docena de tiendas, se acercó y nos preguntó si iríamos a Helsinki mañana y nos dijo que él no estaba de compras, simplemente estaba en el mall... era un mallrat... una rata de centro comercial. Y nosotras también lo somos. Como todos. Estamos rodeados de naturaleza increíble, pero cada vez que tenemos tiempo nos escondemos en el mall, gastamos dinero, y paseamos una y otra vez por los mismos pasillos, pensando que tal vez encontraremos algo nuevo y especial, que dé sentido a nuestro caminar.
Ayer escapé durante unas horas de esta futilidad comercial. Stephen, uno de los guías de los Adirondacks, me llevó a Hull (que está al lado de Ottawa, pero ya en la provincia de Quebec). En el primer bar que entramos había música en directo. Tres guitarristas fabulosos, que tocaron temas de Buena Vista Social Club, Metallica, Django Reinhardt, Alice in Chains... En el segundo local estaban todos aquellos que antes habían estado en el concierto. Sonaba rock... en vez del típico R&B de Ottawa. Había gente vestida de negro, o con sombreros, o con miradas perdidas. Tras varias semanas horribles en las que sólo hablaba con Sara, fui un ser social y hablé y bromeé. Conocí a artistas (palabra desconocida a este lado del canal) y discutí con el mejor de los guitarristas, Sebastien, de música, mientras todos intercambiábamos sombreros. Nos quedamos escuchando música hasta muy tarde. Sebastien me trajo de vuelta a Ottawa y nos sentamos en la entrada de la residencia. Durante dos horas. Él tocaba la guitarra y yo cantaba. Leaving on a Jet Plane, I'm Through With Love, American Pie, House of the Rising Sun, Summertime, Creep... Muy tarde (o muy temprano) decidí que no podía más y me fui a dormir, con la promesa de volver a tocar con Sebastien antes de marcharme y el cumplido de que tengo una voz de jazz preciosa. Y hoy todo va mejor. Ese algo nuevo y especial que todos buscamos, yo lo encontré por unas horas, en una guitarra y dos voces y letras. Y hoy puedo ir al mall, puedo leer cómics, puedo entender a Kevin Smith y puedo esperar con más calma el regreso a Europa.

lunes, diciembre 05, 2005

CHOCOLATE AND BOYS

Domingo... día 4. Acabo de regresar del recital de danza. Ha sido muy divertido. Nuestros números han estado llenos de errores, pero parece que a nadie le importaba. Hemos visto a los canadienses bailando la rumba y el tango y salsa... interesante. Victoria, nuestra profesora, nos dijo que pensáramos en chocolate mientras bailábamos... chocolate y chicos. Nos hizo reír... porque en realidad es cierto que pensamos en eso, demasiado, y yo sobre todo. Mi vida está marcada por postres y relaciones rotas.
Aquí estoy en una especie de limbo, impaciente por regresar. Los días pasan despacio, o deprisa, o no pasan. La noche llega a traición. Todo está helado. Los miércoles en el Helsinki hay un show de drag queens y la última vez, entre Madonna, Kylie, Gloria Gaynor, cantaron la canción de "Pajaritos", con baile incluido. En todas partes tienen aparatitos especiales para cortar las bagels (pan en forma de rosquilla) por la mitad... El líquido lavavajillas tiene perfume a pepino y melón. La gente va a clase y a las cafeterías en pijama.
Paso mucho tiempo mirando por la ventana. Escuchando música. Hago listas mentales de las cosas que tengo que hacer, personas a quien escribir, deberes que terminar... y luego me olvido y sigo soñando. Como dice la canción, "No, no, they can't take that away from me." Así que sueño y espero y camino y como y leo y duermo... siempre con música, hundida en acordes y palabras.

domingo, diciembre 04, 2005

TO WHOMEVER FEELS LIKE I AM TALKING ABOUT HIM

Una magnífica canción... quienquiera sentirse identificado con ella esté bienvenido.



Desperado, why don't you come to your senses?
You been out ridin' fences for so long now
Oh, you're a hard one
But I know that you got your reasons
These things that are pleasin' you
Can hurt you somehow
Don't you draw the queen of diamonds boy
She'll beat you if she's able
You know the queen of hearts is always your best bet
Now it seems to me, some fine things
Have been laid upon your table
But you only want the ones that you can't get
Desperado, oh, you ain't gettin' no younger
Your pain and your hunger, they're drivin' you home
And freedom, oh freedom well, that's just some people talkin'
Your prison is walking through this world all alone
Don't your feet get cold in the winter time?
The sky won't snow and the sun won't shine
It's hard to tell the night time from the day
You're losin' all your highs and lows
Ain't it funny how the feeling goes away?
Desperado, why don't you come to your senses?
Come down from your fences, open the gate
It may be rainin', but there's a rainbow above you
You better let somebody love you
(let sombody love you)
You better let somebody love you
before it's too late

viernes, diciembre 02, 2005

jueves, diciembre 01, 2005

Espalda rota en la curva de una cuchara
escondida
respiración con muelles entre mis alas
Juro que no te conozco
apago la luz para no cruzarme con mi mirada
en el laberinto de tu pelo
hemos perdido las llaves
y llueve
y se marchitaron las flores falsas que me regalaste